El resultado era lo de menos; hasta el punto de que mucho antes del cierre de las urnas de la consulta simbólica para la independencia de Cataluña celebrado ayer en Arenys de Munt (Barcelona), Convergència Democràtica, Esquerra Republicana y un sinfín de grupos extraparlamentarios ya proclamaban el éxito de la convocatoria. Ello sin dejar de alentar a extender el alarde a todos los municipios catalanes. "Desde Convergència acompañaremos a todas las consultas que se realicen siempre que las iniciativas nazcan de la sociedad civil", dijo el dirigente nacionalista Àngel Colom. "Es como una mancha de aceite que se va a extender a toda Cataluña", proclamó el presidente de ERC, Joan Puigcercós. Unos 60 municipios podrían hacer un referéndum parecido el 15 de octubre.
El ambiente en la pequeña población de 8.000 habitantes a media mañana era de lo más parecido a una jornada de fiestas patronales. Calles a rebosar de visitantes que no querían perderse lo que muchos definían como "el principio de la independencia" de Cataluña. La consulta, que el ayuntamiento no pudo apoyar por orden judicial, acabó celebrándose en el local parroquial. No hubo incidentes de calado pese a coincidir en plena calle una manifestación independentista con otra organizada por Falange Española de las JONS, que reunió a una cincuentena de personas. El autocar con el que llegaron a la población los falangistas acabó, eso sí, con dos lunas rotas por la pedrada que les propinaron un grupo de jóvenes independentistas.
Es todo lo que pasó ayer en Arenys de Munt. La consulta independentista del municipio que tanta expectativa y tanto miedo había despertado se celebró sin incidentes.
La participación fue del 41% del censo estimado por la organización, que no tuvo acceso al censo electoral oficial. En las generales del año pasado votó el 70%, treinta puntos más. Pudieron depositar la papeleta todos los empadronados en Arenys, también los inmigrantes y los mayores de 16 años. El resultado fue el que preveía la organización: 2.568 votos a favor (96%), 61 en contra y 29 votos en blanco.
A las once de la mañana los coches en caravana esperaban para entrar en el municipio. "¡Hay mucha gente!", se escuchaba al vuelo desde varios puntos de la rambla del municipio, llena hasta los topes.
El alcalde, Carles Mora (de la plataforma independentista Arenys de Munt 2000) ya había depositado su voto en las urnas, rodeado de cámaras y periodistas (más de 160, de España, Estados Unidos, Francia, Quebec...).
Pese a la oposición del Gobierno a la celebración del referéndum el PP, por boca de Esteban González Pons, lanzó acusaciones de "pasividad" al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. El PSC evitó grandes aspavientos. "No es la mejor forma de defender el Estatuto", dijo el portavoz del partido, Miquel Iceta.