El nuevo jefe del departamento antiterrorista de Escocia afirma que los neonazis son una amenaza tan seria como la de al Qaeda. Subraya el peligro que supone el crecimiento del racismo. Allan Burnett afirma que "las fuerzas de seguridad no deben ignorar la latente presencia neonazi en el Reino Unido".
En una entrevista concedida recientemente, afirmó que "se está utilizando el racismo para fomentar la violencia, lo que además socava el trabajo de protección policial de la comunidad musulmana tras el atentado contra el Aeropuerto de Glasgow el año pasado".
Burnett afirmó que "se han producido un gran número de incidentes protagonizados por ultraderechistas en Escocia y en el resto del Reino Unido. Ha habido varios casos en los que la policía ha lidiado con éxito, tanto en el sur como en el norte, pero no debemos adoptar una actitud complaciente por ello. Las políticas a favor de la convivencia no pueden tener éxito, si el coordinador de la lucha contra el terrorismo, no presta atención a los ultraderechistas".
Las declaraciones de Burnett suponen un recordatorio de las amenazas que sufrieron algunos colectivos tras el arresto de presuntos neo-nazis en Dundee en noviembre. Ambos sospechosos advertisemenMartyn Gilleard of Goole, Humberside, comparecerán pronto ante el juez en Old Bailey, acusados del delito de fabricación de explosivos y de posesión de manuales sobre cómo fabricarlos. El fiscal les acusa de tener una agenda terrorista de ultraderecha.
Burnet que prestó anteriormente sus servicios en el departamento de relaciones interraciales y fue director de inteligencia de la policía de Strathclyde es reponsable de la coordinación en Escocia de la unidad contra el terrorimo global y de coordinarse con otras agencias contra terroristas nacionales e internacionales.
Burnett planea combater la amenaza desarrollando estrechos lazos con las comunidades. Lo que supone una línea de continuidad con su trayectoria en el pasado, del cual destaca su labor en relación al asesinato de un peticionario de asilo turco en Sighthill hace 7 años. De aquella experiencia, Burnett afirma que "aprendió que no debes centrarte en el trabajo con un solo colectivo, sino que debes hacerlo con toda la comunidad".
Burnett, de 50 años, comenzó su trabajo como policía en Maryhill en 1979, también en labores antiterroristas. En 1985 participó en la operación que culminó con la detención de Patrick Magee y otros terroristas del IRA que perpetraron un atentado en Brighton, y planearon un atentado contra Margaret Thatcher en el Gran Hotel en 1984.
Burnett alienta a las comunidades para que adopten automedidas de protección. También sostiene que la policía debe desarrollar medidas preventivas, como trabajar con padres para que controlen si sus hijos están siendo objeto de un lavado de cerebro para inculcarles ideas terroristas a través de internet y otras actividades. Se trata de evitar que cometan actos de los que puedan arrepentirse.
"Esto es como educar a los padres sobre el problema de la droga e informarles de cuales son los indicios de los deben percatarse. No podemos hacer nuestro trabajo, si los padres no saben lo que sus propios hijos hacen a sus espaldas. Los padres deben preocuparse incluso en los niveles más bajos de riego y no dudar en hablar de ello con las autoridades".
A su ve afirmó que se necesitan medidas de vigilancia, no tanto a las comunidades como a los individuos que apoyan a grupos terroristas. Tenemos muy buenas relaciones con las comunidades, pero sin duda pueden mejorarse.
Los servicios de seguridad hicieron público que 2000 personas están bajo observación, y un número no especificado bajo vigilancia.