Manuel Monteiro, nuncio del Vaticano, se acomodó para escuchar a José Luis Rodríguez Zapatero hablar de la situación económica de España en el Foro de Europa Press y se topó con el indignado reproche del presidente a los obispos. Zapatero aprovechó para precisar, a escasos metros del nuncio, las razones de su malestar por la "insólita" nota electoral de los obispos contra la política de su Gobierno y contra su propio partido. El presidente afrontó la polémica por la vía más directa y reprochó el maltrato que la Conferencia Episcopal dispensa al PSOE en una materia tan sensible como la política antiterrorista.
Zapatero recordó cómo en los consejos electorales de la Conferencia Episcopal para 2000 y 2004 no se introdujeron ataques al Gobierno, entonces del PP, por su política contra ETA. "Ésta es la primera vez que se hace una consideración general sobre el diálogo o no [con ETA], legitimidad o no [de ese diálogo], en una nota previa a las elecciones", se quejó.
Unos meses antes de las elecciones de 2000, el Gobierno del PP había afrontado una negociación con ETA cuya única reunión versó sobre temas políticos y, en ningún caso, sobre el abandono de las armas de los terroristas, según el acta de las conversaciones que ambas partes han dado por válida. La Iglesia ha censurado en la nota electoral de 2008 la interlocución política con ETA, pero no lo hizo en 2000. Tras aquella tregua rota por la banda, los terroristas iniciaron una brutal campaña que costó la vida a 44 personas durante la siguiente legislatura.
Zapatero remachó ayer "que la nota preelectoral de la Conferencia Episcopal en 2000 no hizo ninguna referencia a los límites de la legitimidad y en qué circunstancias se tiene que dar el diálogo con el terrorismo". Sin embargo, en esta ocasión, lo ha habido con un sentido crítico hacia el fallido intento de diálogo del Gobierno socialista. "Esto sí que es una diferencia y no me parece nada adecuado", dijo. El repaso continuó cuando Zapatero recordó el ataque de la Conferencia Episcopal a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. "Es una asignatura pura, que simplemente contiene materiales formativos y educativos sobre derechos humanos, Constitución, convivencia, de la Europa libre... Discrepo de manera contundente [con la nota de los obispos]". Después señaló a los cardenales Rouco y García-Gasco para criticarles que dijeran que había leyes aprobadas en el Parlamento que disolvían la democracia. Terminó pidiendo "mayor respeto" por parte de la jerarquía eclesiástica hacia los poderes públicos. Pese a los reproches, Zapatero presumió de talante. "Siempre he afirmado que no me callo, pero no me enfado". Después cerró una cita pendiente desde el 9 de enero con Monteiro para tomar un caldo en la Nunciatura el martes, y negó que su Gobierno fuera a tomar represalias contra la Iglesia en materia financiera.