La Unión Europea cuenta a partir de hoy, 1 de enero de 2007, con dos nuevos socios, Rumanía y Bulgaria, que aportan al club comunitario una población de 30 millones de habitantes y convertirán a la Unión en un espacio de casi 500 millones de europeos.
Con la incorporación de las dos ex repúblicas socialistas, la UE pone punto final a su quinta ampliación, iniciada tras el fin de la guerra fría, culminada en mayo de 2004 con la entrada de diez nuevos miembros del centro y este de Europa y considerada el símbolo de la reunificación del Viejo continente.
La apuesta de ampliarse hacia el Este fue de tal envergadura que la UE tuvo que idear una reforma institucional para poder funcionar eficazmente con 27 miembros, reforma recogida en el Tratado constitucional ahora en barbecho por el rechazo de Francia y Países Bajos a ratificar el texto.
De ahí que la llegada de Bulgaria y Rumanía coincida con la virulencia del debate sobre la capacidad de la UE para seguir aumentando de tamaño y la urgencia de hacer las reformas necesarias para gestionar un club cada vez más numeroso.
'No podemos ampliar la UE eternamente sin reformar las instituciones', advertía el pasado mes de septiembre el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, certificando así que no habrá más ampliaciones hasta que se llegue a un acuerdo sobre la Constitución Europea.
Esta tesis y el endurecimiento de las condiciones para los candidatos futuros fue asumida también por los Jefes de Estado y de Gobierno en la cumbre celebrada en Bruselas a medidados de diciembre, en la que se condiciona la ampliación a la capacidad de la UE para integrar nuevos miembros.
Pero además de la delicada situación que vive la propia UE, la adhesión de Rumanía y Bulgaria se producirá bajo estrictas medidas de vigilancia y control sin precedentes en anteriores ampliaciones.
De hecho, las lagunas que los dos nuevos socios tienen en ámbitos tan delicados como la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, el control de los fondos estructurales y las ayudas agrícolas o la seguridad alimentaria, han llevado al Ejecutivo comunitario a establecer un mecanismo de cooperación y verificación de los progresos en estas áreas.
Así pues, la Comisión Europea informará regularmente al Parlamento y al Consejo de los avances que, si se consideran insuficientes, podrían derivar en el establecimiento de cláusulas de salvaguardia. Tanto Bulgaria como Rumanía deberán rendir cuentas cada dos años hasta que cumplan plenamente los objetivos en las áreas mencionadas. El primer informe tendrá que presentarse antes del 31 de marzo de 2007.
Asimismo, para garantizar un uso correcto de los fondos estructurales y de cohesión, sobre los dos nuevos socios pesa la amenaza de Bruselas de cancelar los pagos si se sospecha de irregularidades, fraudes o prácticas corruptas.
Es más, si en el momento en que se produzca la adhesión no se ha logrado probar un sistema eficaz para la gestión de los fondos, la Comisión Europea reducirá el flujo de fondos previsto para 2007.
En el ámbito de la salud animal y la prevención de epizootías, se han aplicado ya restricciones a las carnes y lácteos procedentes de Rumanía y Bulgaria por no cumplir todos los requisitos necesarios para venderse en los mercados europeos. En todo caso, al cabo de tres años, estos productos en cuestión deberán de estar listos para su comercialización en el resto de la UE porque, de lo contrario, se prohibirá su producción.
Además, la Comisión Europea ha advertido de que ve 'importantes deficiencias' en materia de seguridad aérea en Bulgaria y ha activiado una cláusula de salvaguardia que excluye a las 15 aerolíneas búlgaras de las ventajas del mercado europeo, pero decidió aplazar hasta finales de febrero la decisión sobre si las incluye o no en la 'lista negra' y les prohíbe volar en la UE.
Trabajadores
No obstante, el aspecto más controvertido de la incorporación de los dos nuevos miembros será el de la libre circulación de trabajadores rumanos y búlgaros en el mercado laboral europeo. Los Gobiernos del resto de Estados miembros tienen pleno derecho a establecer restricciones temporales a la entrada de mano de obra durante un periodo máximo de siete años y algunos países, como España, ya han anunciado su intención de hacerlo al menos durante dos.
Aunque la Comisión Europea se muestra comprensiva con un asunto muy sensible, recuerda que la temida oleada de 'fontaneros polacos' esgrimida durante la anterior ampliación carecía de fundamento porque, ni se produjeron las avalanchas por algunos vaticinadas ni la llegada de trabajadores del Este perjudicó las economías europeas.
Más bien al contrario, Bruselas sostiene que allí donde no se limitó la entrada de mano de obra procedente de los nuevos Estados --como fue el caso del Reino Unido e Irlanda-- el crecimiento económico fue ligeramente superior al resto de países que sí establecieron moratorias.
Dos comisarios, 52 Diputados
Convertir a Rumanía y Bulgaria en miembros de pleno derecho de la UE tendrá también su reflejo en las instituciones comunitarias. A partir de enero el colegio de comisarios que encabeza el portugués Jose Manuel Durao Barroso, tendrá dos miembros más: el rumano Leonard Orban, que se encargará de la cartera de Multilingüismo, y la búlgara Meglena Kuneva, que asumirá la de Protección al consumidor. Mientras, la Eurocámara sumará a los 732 escaños que tiene actualmente, 35 eurodiputados rumanos y 18 búlgaros.
Fue precisamente el Parlamento Europeo el que, al dar la bienvenida a los nuevos socios, les pidió seguir realizando progresos para minimizar el riesgo de cláusulas de salvaguardia. Entre otras cosas, la Cámara de Estrasburgo expresó su preocupación por las condiciones de los centros de acogida infantiles, de discapacitados y enfermos mentales en Bulgaria, país al que también se reclama el cierre de dos unidades de la central nuclear de Kozloduy.
En el caso de Rumanía, la Eurocámara puso el acento en los derechos de las minorías exigiendo a Bucarest la aprobación de una ley que proteja especialmente a romanís y húngaros.
'Europa crece y se ensancha. Europa celebra esta ampliación', proclamó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la reciente cumbre europea de Bruselas durante la cual la capital comunitaria celebró, en ambiente festivo frente a un enorme pastel representando el mapa de la Unión Europea, la adhesión de Bulgaria y Rumanía. 'Bienvenidos a casa', dijo gráficamente Durao Barroso.