Bélgica celebra este domingo elecciones municipales en las que está en juego si la extrema derecha consigue llegar al poder en Flandes.
Pero la gran pregunta es si el partido de extrema derecha Vlaams Belang (VB) logrará romper el llamado "cordón sanitario", alianza con la que todos los partidos democráticos impiden a esta formación radical gobernar a cualquier nivel.
Aunque no lo diga en voz alta, el partido que desde su fundación en 1977 quiere echar a todos los inmigrantes, exige la independencia de Flandes y pide amnistía para los colaboracionistas de la Segunda Guerra Mundial, quiere gobernar.
Hasta ahora, los partidos tradicionales siempre se lo han impedido al negarse a toda coalición con él.
Con un 33 por ciento de los votos, el VB se convirtió en los pasados comicios locales de 2000 en el mayor partido de Amberes, el gran puerto del norte.